APRENDIENDO A COCINAR
TU MAMA
El tiempo se ha pasado muy rápido, ya hace un
par de días cumpliste once meses. Hace nada te tenía en la pancita y lo único
que podía hacer era fantasear con tu llegada, pero nada de lo que alguna vez
imaginé se parece a esto que vivo ahora contigo. He aprendido un montón, y de
cosas que nunca imaginé que tendría la necesidad de aprender; de detergentes de
ropa, de remedios para diferentes cosas, de antibacteriales, y ¡hasta de cocina!
Tu bisabuela Susana cocina delicioso, y
demuestra su amor siempre a través de la comida. Ella sabe que plato quiere
cada uno de nosotros, y lo prepara de forma especial siempre. Creo que así eran
las mamás de esa época, porque siempre escucharas a nuestra generación hablar
de lo rica que era la comida de las abuelas. La abuela Sandra también cocina
muy rico, tiene unos platos deliciosos y muy prácticos de hacer; eso me parece
curioso, porque tú le pides un plato y en menos de nada lo ha preparado. Cuando
éramos pequeños, tu tío David y yo, comíamos con gusto todo lo que mi mamá nos
preparaba, recuerdo que todos los días eran platos diferentes hechos por ella,
que adicionalmente venían acompañados de jugos naturales… Demasiado
delicioso. Esa cadena se rompió con mi
generación, bueno más específicamente conmigo. Pienso que nunca tuve la
dedicación para desarrollar una lógica de la cocina, sí, así como lo oyes, ¡hay
una Lógica para la Cocina! Tú le preguntas a cualquiera de ellas como preparas
un plato y aunque no sepan, deducen cuales son los ingredientes… Esa lógica
faltó conmigo.
Hace cinco meses, estábamos en el pediatra en
control contigo, y ella muy sonriente nos dice que Ya es hora que comas
alimentos diferentes a la leche. Al principio parecía fácil, sólo eran compotas
naturales y cremas sencillas. Sin embargo con el pasar del tiempo, ya no eran
platos de un solo ingrediente, sino que ya eran sopas y comidas compuestas.
Esto me
generó un poco de pánico. Lo primero que pensé fue en mi niñez, y como yo
siempre he atesorado la cocina de mi abuela, mis tías y mi mamá. Pensé de forma
fatalista, “Ahora Cristóbal va a sufrir con una mamá que no sabe cocinar nada”. Bueno, realmente la cosa no es tan grave, no
es que no sepa cocinar nada, tengo como tres
platos deliciosos: lasagna, pasta bolognesa y arepas venezolanas, pero bueno esos tres
platos no me iban a alcanzar para toda tu niñez, en algún punto de iba a cansar
de lo mismo.
Lo primero que hice, como buena mamá de esta
generación fue buscar ayuda en internet, preguntar si alguien me podía ayudar
con unas clases sencillas para poder hacer sopas y cosas caseras, saludables y
eventualmente aprender a hacer cosas más complejas. Tengo una rutina que
disfruto con todo el corazón; desde ir a
comprar la fruta y la verdura, pensar que hacer, y guardar porciones de acuerdo a lo que te
corresponde comer. Sé hacer dos o tres cosas más, entre esas tus papillas de
sal y de dulce, mezclando varios ingredientes y entendiendo la lógica de la
cocina, un análisis no muy fácil de aprender, cuando no te has acostumbrado;
sin embargo este es sólo una muestra de amor que quiero darte en la vida hijo.
La verdad es que la dedicación en realizar
cosas de la casa, es simplemente algo que me nace hacer por mi familia, y
especialmente para ti; porque pienso que dentro de todo lo que construyes en tu
pequeño mundo, yo tengo una gran responsabilidad, y quiero que todo sea con mi
mayor esfuerzo. Por esto, según lo que visto pasamos la mayoría de las mamás,
es un amor puro y sin fin, que nunca deja de llenarte de sorpresas, ya que
jamás podrás medir la capacidad de todo lo que puedes lograr, sólo con una
sonrisa de amor de esos ángeles hermosos de la vida, llamados hijos. Mi promesa
es poderte dar lo mejor de mí, aunque eso implique cocinar, lavar tu ropa,
cambiar muuuchos más pañales, jugar contigo, trasnochar y arruncharte mientras
duermes, alzarte y arrullarte cuando estás desconsolado, verte sonreír cada
segundo, llorar en algunos momentos, enfrentar
todo lo que se te viene, y recibirte en la cocina con la comida de mamá, para
que alguna vez le cuentes a las personas cuando seas grande, lo rico que era
comer en la Cocina de tu Mami!